Mi Transtorno Cardivascular

Soy la sombra de la poesía que usted ignora, valora mi composición acústica. Leo sin ninguna intención y con vocación mi mente crea neblinas, de actitud positiva dormida la melancólica, o me domina una órbita creativa. Hileras de afectos que ruegan el permiso de la luna. En ese fracaso y con este frio proveniente del Oeste era la hipérbole de escribir en el antártico, recuerdo mis primeras hojas blancas entre cenizas negras. Cerca del océano sentir observar y familiar desde la estratosfera, totalmente cociente al escribir cualquier estrofa. Algunos creemos que la intención es dolorosa. Imito en algunos textos aquellos poetas que lo disfrutan, en las noches el viento vibra, no logro dormir sin antes revisar un verbo. Desde un punto de vista desafiante, repito en tonos fáciles, soy la sombra de lo que usted. Al reverso se escuchan vuestros perfumes, en algún acento, en lo profundo de mi escondite, la soledad me confunde, y sin duda, con la completa voluntad de entregar mi corazón a cada geometría. Solicito de parte del lector cierta empatía atmosférica. El objetivo principal es aquel acontecimiento que genera un poema al impactar nuestra fortaleza, ese abrazo cálido que se siente después de una catástrofe. Puede ser de vocabulario espinoso, tengo mis deficit y docil algo dificil, durante el eclipse puedes que te pierdas, respira por mil segundos y continua. Tengo una lista inconfundible de antecedentes, al atardecer leo vastante. Al amanecer escribo mi ideas de estaciones caóticas, estructuras reales desde la retorica, por delante de una historia romántica y como protagonista la lírica, que resulta ser el blanco de mi búsqueda.