TESTIMONIO DE UN JUEZ HERMENEUTA

El autor de la presente obra siempre ha mostrado una exquisita sensibilidad respecto a todas las cosas que le rodean, incluida su actividad profesional consistente en el desempeño de la función jurisdiccional, lo que le ha permitido construir una arquitectura poética desde la perspectiva filosófica desde la que pueden y deben ser enfocadas todas las relaciones humanas, desde la cuna hasta la sepultura, abordando sin ningún tipo de miedo pero con el debido respeto los temas de la soledad no deseada, de la libertad, de la paz, de la felicidad y, por supuesto, de la muerte, poniendo de manifiesto incluso un camino o “iter” de preparación para llegar a la misma con el adecuado talante y con la necesaria armonia vital o existencial, para no sufrir más de lo necesario y disfrutar lo máximo posible de las vivencias leves o efímeras de una vida bien vivida.